En nuestra clínica dental hemos adquirido un nuevo sistema de aspiración. ¡Vamos a presentároslo!
Cuando trabajamos en la boca preparando una cavidad para hacer un empaste, la turbina va soltando una cantidad muy grande de agua. El agua sirve para refrigerar el diente. Clásicamente todo ese agua se aspira con un aspirador convencional, parecido a una cañita de los refrescos.
Cuando trabajamos con niños, tenemos que separar lengua y carrillos con un espejo, más los dedos, más el aspirador… y a veces tenemos que usar un tope de goma para que los niños mantengan la boca abierta y no se cansen. ¡Son muchas cosas para un espacio tan pequeño!
Luego, cuando vamos a colocar la resina, aislar la humedad es muy importante. Las resinas quedan retenidas en los dientes mediante adhesivos que son muy sensibles a la humedad. Si los dientes se mojan con saliva mientras colocamos la resina, seguramente el empaste se depesgará. A los niños les encanta sentir con la lengua lo que estamos haciendo, y tenemos que estar constantemente intentando que no rocen con la lengua el diente en el que estamos trabajando.
Lo ideal sería aislar la boca entera con un dique de goma sujeto con una grapa al diente y ver sólo el diente en el que estamos trabajando. Pero en un niño poner un dique de goma es muy difícil a no ser que sea muy colaborador. Así que lo que utilizábamos hasta ahora eran rollos de algodón. Uno colocado a cada lado del diente. ¿Qué pasa? Que ahora tenemos: el espejo separando el carrillo, el tope de goma en el lado opuesto para que no cierre la boca, un rollo de algodón a cada lado del diente, un dedo sujetando los algodones y el aspirador intentando que no se moje todo. El niño moviendo la lengua y yo trabajando a toda velocidad para terminar cuánto antes.
Bueno pues, harta de todo eso hemos encontrado un invento estupendo. Se tratan de estas lengüetas de silicona que podéis ver en las fotos. Se conectan al sistema de aspiración y permiten mantener la boca abierta a la vez que aspiran por sus múltiples orificios. Además sirven para separar la lengua y el carrillo a la vez. Como resultado con sólo una cosa puedo hacer lo que antes necesitaba cinco.
Esta semana lo he estado probando y he quedado encantada. Además a los niños les gusta más porque el material es suave, blandito y flexible. No tiene nada que ver con el tacto del algodón, que es áspero y no suele gustar a los niños. Al principio se pueden asustar un poco, pero enseñándoselo bien enseguida se acostumbran. Además los niños muy pequeños desconfían del tubito normal de aspiración porque creen que por ahí se pueden «colar» sus dientes. Con esto ese miedo no lo tienen porque los agujeritos de aspiración son diminutos.
Si quieres que valoremos a tu hijo en nuestra clínica dental en Utrera, llámanos al 955 49 29 29. La revisión y valoración es gratuita. Prestamos servicio de sedación consciente inhalatoria en la propia clínica dental, ideal para niños y adultos con miedo al dentista.
Nos encontramos a 15 minutos de Montequinto y a 30 minutos de Sevilla por la autovía de Utrera.