Llevaba mucho tiempo sin actualizar el blog y hoy por fin he sacado un poco de tiempo para publicar una nueva entrada. Hoy vamos a hablar de la lactancia materna y caries. Algunos lo sabréis ya, si todo va bien muy pronto voy a ser madre. Por eso últimamente he estado leyendo mucho e informándome sobre la relación entre lactancia materna y caries.
Muchas veces acuden niños a la consulta con policaries, esto es, muchísimas caries por casi todos los dientes, cuyas madres culpan a la lactancia materna de ello. La Organización Mundial de la Salud recomienda lactancia materna exclusiva hasta los seis meses. Posteriormente se puede mantener la lactancia hasta que la madre y el niño quieran, pero se complementa con otro tipo de alimentos. Es aquí cuando la higiene de la boca y el cuidado dental de los bebés cobra la mayor importancia.
La caries se produce por la presencia en la boca de bacterias cariogénicas que utilizan los azúcares de los alimentos para transformarlos en ácidos. Si en el entorno del bebé, sobretodo la madre, existe abundancia de estas bacterias es muy probable que se transmitan al niño. Una vez que la bacteria reside en la boca, si se permite la presencia de restos de alimentos ricos en hidratos de carbono, se producirá la caries. De esta manera podemos decir que la lactancia materna, por sí sola, no es capaz de producir caries. La caries es un fenómeno multifactorial. Si reducimos la carga bacteriana de los padres, reducimos la posibilidad de transmiitir las bacterias. Si crees que tienes caries, acude a una revisión y te ayudaremos a solucionarlo.
Para evitar que se produzca la caries tenemos que mantener una buena higiene retirando todos los restos de alimentos de las encías y dientes del bebé. Es muy buena medida acostumbrar al niño desde muy pequeño. Para ello recomendamos que desde bebé se limpien las encías con una gasa mínimo tres veces al día. Si lo hacemos desde muy pequeño, el niño se acostumbrará y se convertirá en un hábito. ¡Siempre es mucho más cómodo vivir con la boca limpia que sucia!.
Cuando asomen los primeros dientes el niño ya habrá iniciado una dieta más variada que no sólo incluye la leche de su madre. Es aquí cuando debemos extremar la higiene y acostumbrar al niño al uso del cepillo dental. para ello se pueden utilizar unos cepillos especiales que se ponen en el dedo. Los podemos comprar en la farmacia. Cepillaremos los dientes suavemente sólo con agua, sin pasta de dientes. Con el cepillado conseguimos arrastrar y eliminar la placa bacteriana que se deposita sobre la superficie dental.
Es muy importante cepillar los dientes mínimo tres veces al día. Es decir, cada 8 horas. Está demostrado científicamente que la acumulación de bacterias durante 8 horas sobre una superficie dental iniciará una descalcificación del esmalte y posteriormente aparecerá una caries. Es por eso que debemos evitar que la placa bacteriana se acumule durante más de ocho horas sobre los dientes. Nunca jamás olvidar el cepillado nocturno. Durante el sueño se produce una disminución de la saliva y la saliva nos protege frente a las bacterias de la caries. Y por supuesto, si el niño no es lactante en exclusiva, nunca jamás darle al niño un biberón con cereales y dejarlo dormir toda la noche sin cepillarle los dientes.
Siguiendo estos consejos no debemos tener ningún problema. Si tienes alguna duda sobre la lactancia materna y caries pásate por nuestra clínica dental situada en Utrera en la calle Otoño 2, local 6 y estaremos encantadas de escucharte y aclararte lo que necesites.